La luz del faro

Mujer Vaso Frágil Pero Firme



En un pequeño pueblo costero, había un viejo faro que había guiado a los marineros a casa durante generaciones. El farero, Don Ernesto, era conocido por su bondad y sabiduría. Una noche de tormenta, una joven llamada Lucía se refugió en el faro después de que su barco se averiara.

Don Ernesto la acogió y le contó historias de los marineros que habían encontrado su camino gracias a la luz del faro. Lucía escuchó atentamente y se maravilló de cómo una sola luz podía ser tan crucial para tantos.

Al amanecer, la tormenta se calmó y Lucía pudo reparar su barco. Antes de partir, Don Ernesto le regaló una pequeña lámpara diciendo: "Que esta luz te guíe en tus viajes como el faro guía a los perdidos en el mar."

Lucía navegó hacia nuevos horizontes, pero siempre llevaba consigo la lámpara del faro, recordando la importancia de ser una luz para los demás, incluso en los momentos más oscuros.


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