En lo alto de las montañas, un águila orgullosa dominaba los cielos, mientras que en el valle, un pequeño gorrión soñaba con alcanzar grandes alturas. Un día, una tormenta azotó la región, y el gorrión se refugió bajo las alas del águila.
El águila, sorprendida por la audacia del gorrión, decidió enseñarle a volar a través de la tormenta. Con paciencia y determinación, el gorrión aprendió a usar el viento a su favor y a elevarse por encima de las nubes.
Cuando la tormenta pasó, el gorrión había ganado confianza y habilidad. Agradecido, compartió con el águila las semillas que había recolectado, asegurando su alimento durante los días difíciles que seguían.
Moraleja: A veces, la grandeza no está en la fuerza o el tamaño, sino en la valentía y la voluntad de aprender y ayudar a los demás.