En la Escuela Primaria Arcoíris, Lupita se sentía diferente. Sus compañeros a menudo se burlaban de ella por su manera de hablar y su ropa colorida. Aunque las palabras hirientes la entristecían, sus padres siempre estaban allí para recordarle lo especial que era.
"Tu voz es única y tu estilo es brillante como un arcoíris después de la lluvia", le decía su madre con una sonrisa.
"Y tu valentía es más fuerte que cualquier palabra cruel", añadía su padre, abrazándola con fuerza.
Con el amor y la seguridad que le daban sus padres, Lupita encontró la fuerza para enfrentar a sus compañeros. Un día, cuando un nuevo estudiante llegó a la escuela y fue recibido con las mismas burlas, Lupita se puso de pie.
"¡Basta!", exclamó con firmeza. "Todos somos diferentes y eso nos hace especiales. ¿No sería aburrido si todos fuéramos iguales?"
Las palabras de Lupita resonaron en el salón. Poco a poco, los otros niños comenzaron a ver la verdad en sus palabras. Con el tiempo, la escuela se convirtió en un lugar donde cada niño era valorado por ser quien era.
Lupita ya no era la niña rechazada, sino la valiente defensora de la diversidad y la amabilidad. Y todo gracias a la seguridad y el amor que sus padres le habían inculcado desde pequeña.
Este cuento muestra cómo el apoyo y amor de los padres pueden dar a los hijos la valentía para cambiar su mundo.
